Con estos fundamentos, pasemos a la práctica: crea un diario cromático y registra cada día tres colores que describan tu estado, junto con la situación que los provoca. Después, compón una paleta de transición, eligiendo un matiz puente (del rojo furia al terracota de impulso creativo) y una acción asociada.
Además, dedica 10 minutos a bocetar cielos con variaciones de luz; observa cómo cambia tu respiración al variar los contrastes. Integra una lista de reproducción que traduzca emociones a ritmos, y un collage mensual que reúna imágenes de tu horizonte deseado. Así, la intención se hace visible y repetible, como un amanecer practicado. [...]