En definitiva, la invitación de Camus trasciende su época y resuena ante los retos contemporáneos: la crisis climática, la injusticia social o la amenaza de la indiferencia. Aquellos que se niegan a ser meros espectadores asumen su potencial transformador y renuevan, generación tras generación, el pacto del intelecto con la vida y la humanidad. De este modo, el pensamiento se vuelve motor y no testigo. [...]