Por último, aunque la distancia entre dos mentes nunca desaparece del todo, intentar salvarla es parte de la condición humana. Gibran sugiere que el esfuerzo de acercarnos al otro, aun sabiendo que la distancia completa es insalvable, da significado a nuestras relaciones y conversaciones. En definitiva, abrazar este desafío nos humaniza: nos impulsa a buscar comunión en medio de la diferencia, reconociendo la belleza de lo que une y lo que separa. [...]