Cuando la alegría acompaña al esfuerzo día tras día, se crea un círculo virtuoso: energía para iniciar, curiosidad para aprender, progreso que se celebra y nuevas ganas de avanzar. Es la lógica del kaizen aplicada al ánimo, donde el 1% de mejora se multiplica porque se siente bien. Con el tiempo, los rituales alegres dejan de ser adornos y se vuelven cultura: la norma invisible que convierte lo ordinario en terreno fértil para lo extraordinario. Así, la consigna de Tutu no es un eslogan; es una estrategia práctica para cambiar realidades. [...]