En definitiva, Fischer nos alienta a no quedarnos en la superficie del conocimiento, sino a buscar activamente la simplificación que conduce a la sabiduría. La práctica constante de discernir lo esencial, compartir aprendizajes de manera clara y desapegarse del exceso de detalles nos acerca a ese ideal. Así, la sabiduría se convierte no solo en la meta final del aprendizaje, sino en una herramienta diaria de transformación personal. [...]