Por último, abrazar la diversidad de lenguas contribuye a una sociedad más tolerante y abierta. Cuando reconocemos que cada idioma representa no solo una estructura gramatical sino un modo de vivir, sentimos respeto por la pluralidad humana. Celebrar el aprendizaje de lenguas, por tanto, es reconocer la infinita variedad de vidas que la humanidad puede experimentar y compartir. [...]