Por último, esta expresión popular nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades afectivas y culturales. Si bien el saber y la instrucción son indispensables, la frase recalca que nunca debe subestimarse la importancia del cariño genuino, la comprensión y el apoyo emocional, que suelen brindarse en el seno materno. Valorar esto es reconocer, como sugiere el refrán, que el amor humano es el mayor capital para la vida. [...]