Finalmente, esta enseñanza se aplica a numerosos ámbitos: desde el trabajo creativo hasta el aprendizaje continuo. Adoptar el ritmo rumiático implica planear con paciencia, actuar sin precipitaciones y, sobre todo, mantener la constancia incluso en días de incertidumbre. Así, la frase de Rumi se convierte en una brújula para cualquier persona que busque perseverar sin perderse en el frenesí ni en la apatía. [...]