Finalmente, no hace falta cruzar océanos para reactivar la mente. Las microaventuras de Alastair Humphreys (2014) proponen pernoctar al aire libre cerca de casa, explorar al alba o tomar rutas alternativas. También sirven gestos mínimos: trabajar un día en otra biblioteca, permutar el escritorio, visitar un museo de barrio, o conversar con desconocidos en un mercado.
El hilo conductor es la atención intencional. Si miramos con ojos de aprendiz, cada desvío espacial reconfigura prioridades. Así, honramos a Séneca: mudamos el ánimo al mudarnos de lugar, y el vigor que emerge no se agota cuando el viaje termina. [...]