Para concluir, cada pregunta que se formula—por ingenua que parezca—puede ser el germen de una mejora sustancial o incluso un avance revolucionario. En el caso de Dyson, su famosa aspiradora nació tras preguntarse repetidamente por qué los modelos tradicionales perdían succión. Así se demuestra que no hay preguntas tontas: solo oportunidades para descubrir, aprender y construir un futuro más inteligente. [...]