Finalmente, llevar este consejo a la práctica puede ser tan sencillo como dedicar unos minutos al despertar para reflexionar sobre lo que uno valora. Con el tiempo, este hábito fortalece el sentido del propósito e imprime una actitud positiva al resto de la jornada. Así, dar gracias cada mañana, como sugiere Tecumseh, se convierte en un acto revolucionario de aprecio y conciencia. [...]