Finalmente, el proverbio sugiere que el cumplimiento del propósito trasciende la existencia propia. Así como la hoja marchita enriquece el suelo y prepara el terreno para nuevas vidas, las acciones humanas pueden dejar un legado duradero. A través de nuestras obras, enseñanzas y recuerdos, perpetuamos un ciclo de sentido, asegurando que nada, como la hoja, se pierda sin antes haber dejado huella. [...]