Finalmente, Thich Nhat Hanh enseña que esta realización no es sólo filosófica, sino una práctica diaria. Mediante la atención plena y la meditación, podemos entrenar a la mente para reconocer la ilusión de la separación y experimentar la unidad esencial en cada momento. Así, cada ola, cada persona, cada instante, puede ser vivido como una expresión consciente del vasto océano de la vida, permitiendo que la sabiduría y la paz surjan de manera natural. [...]