Finalmente, integrar esta luz en la vida diaria requiere práctica y autoconocimiento. Pequeños gestos, como la gratitud y la amabilidad, alimentan esa energía interna que nos sostiene. Según investigaciones en neurociencia, el cultivo de hábitos positivos fortalece las conexiones cerebrales asociadas con el bienestar, reafirmando la importancia de llevar con nosotros, donde sea que vayamos, esa luz personal e intransferible. [...]