Finalmente, esta cita es un llamado a invertir en aspectos de la vida que no pueden comprarse ni venderse: el conocimiento, la experiencia, y la compasión. Al dar prioridad a lo intocable, desarrollamos una riqueza que permanece incluso cuando las circunstancias cambian radicalmente. Así, el verdadero legado reside en lo que somos y aportamos al mundo, más allá de los ceros en una cuenta bancaria. [...]