Finalmente, la confianza se expande en red. Estudios de redes sociales sugieren que emociones y conductas prosociales se propagan más allá de los contactos inmediatos (Christakis y Fowler, 2008). Cuando tú enciendes una conversación honesta, otro replica el gesto en su equipo, y así sucesivamente. Lo que comienza como tu sello personal termina siendo cultura compartida. Por eso, dejar que tu genialidad y tu energía positiva se vean no es un acto de ego; es de servicio. Al hacerlo, otros se animan a aportar lo mejor de sí, y el círculo virtuoso —confianza que genera más confianza— se pone en marcha. [...]