Finalmente, transformar ese susurro en acción decisiva distingue a quienes logran el éxito duradero. Personas como Marie Curie, quien persistió en su investigación científica a pesar de la indiferencia y el escepticismo alrededor, encarnan este principio: escuchar las señales internas y externas más silenciosas y actuar sobre ellas. Así, se demuestra que el verdadero éxito pertenece a quienes, en medio del ruido, sintonizan su oído y voluntad hacia lo esencial. [...]