Con todo, pedir menos permiso a la duda no equivale a despreciarla. La duda cumple un papel acotado: ensayo de riesgo y ajuste. Técnicas como el pre‑mortem (Gary Klein, 2007) canalizan una dosis de escepticismo antes de ejecutar, y luego se vuelve a la marcha. La Bhagavad‑gītā 2.47 sugiere el marco: enfoca tu deber, no la obsesión por el fruto. Así, propósito sereno significa avanzar con revisión periódica, no con terquedad; aprender mientras se anda, no detenerse hasta “saberlo todo”. [...]