Por último, el mensaje de Baudelaire es esencialmente optimista: incluso cuando atravesamos los pasadizos más oscuros del sufrimiento, existe la posibilidad de encontrar luz al final del camino. Así, el laberinto deja de ser una prisión y se transforma en un itinerario necesario para alcanzar la plenitud. En este sentido, la vida humana se entiende como una marcha inevitable entre sombras y destellos, donde cada prueba superada nos acerca más a nuestras estrellas. [...]