Finalmente, la genialidad de Faulkner consiste en transformar Misisipi en el escenario donde se representan los dramas humanos más profundos. Como sucede con Thomas Hardy y Wessex o García Márquez y Macondo, el lugar se vuelve personaje, dotado de voz y memoria. Al comprender Misisipi, aprendemos a leer el mundo: cada pueblo y rincón, cuando se mira con profundidad, contiene las claves para entender la condición humana. [...]