Finalmente, tomarse un día lejos no solo ofrece alivio momentáneo, sino que multiplica nuestra capacidad de enfrentar desafíos posteriores. Como el mito griego de Antaeo, quien hallaba fuerza al tocar la tierra, nosotros también recuperamos energía al concedernos un respiro. Así, responderemos a las demandas cotidianas con mayor lucidez y generosidad, cumpliendo el sabio consejo de Angelou: todos merecemos esa renovación. [...]