Finalmente, reconocer y aceptar nuestra inquietud es clave para un progreso constante. Fomentar espacios donde se valoren las preguntas incómodas —ya sea en el arte, la ciencia o la educación— puede dar lugar a innovaciones trascendentes. Como enseña Adichie a través de su pensamiento y obra, un corazón inquieto es un don necesario, no un defecto a corregir, pues de esa inquietud emerge todo avance significativo. [...]