Cerrando el ciclo, Sun Tzu advierte: “No hay ejemplo de nación que se haya beneficiado de una guerra prolongada” (cap. 2). La prisa ciega agota antes de tiempo; la dilación eterna pudre la cosecha. La ética del ritmo propone paciencia activa: decidir con serenidad, ejecutar con constancia y recoger solo cuando sea sostenible. Así, “prepararte, persistir y luego cosechar” no es solo táctica; es una forma sobria de habitar el tiempo sin desperdiciarlo. [...]