Por último, Twain parece invitar a una reflexión introspectiva: sólo quienes se atreven a recordar y enfrentar sus propios errores pueden aspirar a una conciencia genuinamente limpia. Este proceso podría resultar incómodo, pero también es el fundamento de una ética personal madura. Así, la memoria, lejos de ser una carga, se convierte en el instrumento indispensable para el crecimiento moral. [...]