Finalmente, si un gesto puede desatar bosques, conviene elegirlo con cuidado. Tres criterios orientan: dirección (¿hacia qué mundo empuja?), impacto (¿a quién afecta ahora?) y replicabilidad (¿invita a otros a sumar?). La esperanza que late en Lorca no es ingenua: confía en la potencia de lo pequeño, sí, pero también en el cultivo paciente. Porque un paso no es destino aún; es raíz. Y una raíz, bien plantada, llama al bosque. [...]