Finalmente, el paso decisivo es la propagación. La difusión de innovaciones de Everett Rogers (1962) explica cómo prácticas tempranas, al circular por redes adecuadas, saltan de minorías pioneras a mayorías. Y la fortaleza de los lazos débiles, según Mark Granovetter (1973), muestra que conexiones casuales suelen ser los puentes por donde viaja la novedad. Así, una acción pequeña se vuelve semilla cuando puede ser vista, contada y remezclada por otros. La revolución cotidiana no pide permiso: se replica. Y cada réplica, como una nueva grieta, vuelve más amplio el canal por donde entra la luz. [...]