Finalmente, la invitación a escuchar nuestro ritmo interior encierra una llamada a la autenticidad. Al reconocer el valor de la sabiduría corporal, aprendemos a respetar nuestros límites y anhelos profundos. Así, García Márquez nos recuerda que vivir plenamente implica prestar atención tanto a la mente como al cuerpo, dejando que el corazón marque un compás vital en nuestras decisiones y relaciones. [...]