Por último, el mensaje sigue vigente en los desafíos modernos: pandemias, conflictos y desigualdades ponen a prueba el ánimo colectivo. Juan Pablo II nos recuerda que asumir nuestra condición de ‘pueblo de la Pascua’ implica cantar el aleluya incluso cuando parece imposible. Así, la fe y la esperanza se presentan como actitudes fundamentales para enfrentar y transformar la realidad. [...]