“Ocioso” traduce con acierto la idea de xian (闲): un ocio fértil, vacante de afán, no un vacío estéril. A la vez, “escucho caer” privilegia el proceso sobre el hecho consumado, manteniendo el gerundio de la experiencia. Finalmente, “calla la montaña” intensifica la personificación: no solo “es silenciosa”, sino que “guarda” silencio. Como señala David Hinton en sus versiones de la poesía Tang (2009), estos matices no son ornamento, sino estructura: sostienen el equilibrio entre lo dicho y lo sugerido. [...]