En definitiva, la propuesta de Holland aboga por una pereza constructiva: no la evasión, sino el arte de desacelerar para ver el mundo con otros ojos. Adoptar ritmos más suaves puede ser la clave para imaginar alternativas, cultivar bienestar y crear verdaderos cambios duraderos. Así, ser perezoso no es perder el tiempo, sino invertirlo en una transformación más profunda y significativa. [...]