Traducir la máxima a la vida diaria pide rituales de fricción controlada: caminar el terreno (visitar a clientes, plantas y barrios), ejecutar pilotos y prototipos, y practicar premortems para imaginar fallas antes de escalar (Gary Klein, 2007). Cada micro-movimiento genera datos que refinan el mapa inicial.
Finalmente, la medida justa es clave: pasos pequeños, ritmo constante y revisiones frecuentes. Así, la acción no es precipitación, sino método. Estudiar prepara el pie; pisar completa la mente. Y en ese vaivén, la sabiduría deja de ser un sustantivo para convertirse en un verbo. [...]