Así, un buen inicio suele conducir naturalmente a un desenlace exitoso, pero siempre acompañado de adaptabilidad y perseverancia. La frase de Montgomery cobra pleno sentido cuando entendemos que empezar bien es cultivar las raíces de nuestro éxito, permitiendo que florezca con el tiempo. En definitiva, toda meta alcanzada con grandeza es el fruto de un comienzo consciente y comprometido. [...]