Por último, la coherencia se cultiva con rituales simples. El examen diario de conciencia de Ignacio de Loyola (Ejercicios espirituales, 1548) invita a revisar intenciones y actos para corregir el trazo al día siguiente. En clave contemporánea, la revisión semanal de Getting Things Done de David Allen (2001) alinea proyectos con valores, evitando que la agenda desfigure el cuadro. Sume reglas claras —“no dos veces seguidas” para no romper hábitos— y guiones “si–entonces” para momentos críticos. Con estos marcos, cada jornada añade pinceladas consistentes, y la vida, poco a poco, se deja pintar. [...]