Finalmente, todo este proceso solo es sostenible cuando la cultura, ya sea organizacional o personal, fomenta la experimentación y el aprendizaje constante. Al institucionalizar el valor del cambio y priorizar la evolución continua sobre la mera supervivencia, creamos entornos capaces de sobresalir en tiempos inciertos. En última instancia, la oportunidad reside en aceptar el cambio como un aliado en la búsqueda del éxito pleno. [...]