Finalmente, esta visión sigue vigente en la actualidad. Líderes modernos, al igual que Federico, deben recordar que la autoridad no es garantía de invulnerabilidad. Al asumir que cualquier 'corona' conlleva riesgos y exposición, pueden ejercer un liderazgo más pragmático, compasivo y efectivo, aprendiendo a gestionar las tormentas en vez de fingir que no existen. [...]