Finalmente, Goethe sugiere que el verdadero valor radica tanto en el proceso de atravesar caminos difíciles como en llegar a la cima. Cada revés y cada giro inesperado forjan resiliencia y aportan enseñanzas duraderas. Así, en lugar de desesperar ante la dificultad, debemos ver en los caminos tortuosos una invitación a redescubrirnos y fortalecer nuestro carácter, sabiendo que es el trayecto, y no únicamente la meta, lo que nos transforma. [...]