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La Paradoja de Ver Más Allá de lo Visible

Creado el: 6 de junio de 2025

Cierro los ojos para poder ver. — Paul Gauguin
Cierro los ojos para poder ver. — Paul Gauguin

Cierro los ojos para poder ver. — Paul Gauguin

El Significado de la Cita

Paul Gauguin, al afirmar 'Cierro los ojos para poder ver', propone un enigma en torno a la percepción. La frase sugiere que la visión auténtica no depende únicamente de los sentidos, sino de la capacidad de mirar hacia el interior. Así, el cerrar los ojos se transforma en el acto necesario para apartarse de las distracciones externas y descubrir una mirada más profunda y esencial.

La Imaginación Como Herramienta de Conocimiento

A partir de este punto, destaca el papel fundamental de la imaginación. Al dejar de lado la observación directa, se abre paso a la capacidad creativa e interpretativa del ser humano. Artistas como Gauguin recurrían frecuentemente al recuerdo, al sueño y a la fantasía para elaborar sus obras, demostrando que muchas veces la inspiración surge cuando se apaga la luz exterior y se enciende la chispa interna.

Filosofía y Visión Interior

Siguiendo este hilo, la filosofía también ha tratado esta paradoja. En el mito de la caverna de Platón (*República*, c. 375 a.C.), los prisioneros solo ven sombras hasta que uno de ellos se atreve a mirar hacia la luz real. Esta alegoría conecta con la cita de Gauguin, evidenciando que la 'visión verdadera' requiere desprenderse de las apariencias y explorar el conocimiento interior.

La Intuición en el Proceso Creativo

Además, esta reflexión se extiende al campo de la intuición. Muchas veces, cerrar los ojos implica escuchar nuestra voz interior, una especie de brújula emocional que guía decisiones y procesos artísticos. Grandes innovadores, como Nikola Tesla, relataban cómo sus inventos eran visualizados con los ojos cerrados, destacando la importancia de confiar en las imágenes mentales para crear nuevas realidades.

Una Llamada a la Contemplación y el Autoconocimiento

Finalmente, cerrar los ojos puede interpretarse como una invitación a la contemplación y al autoconocimiento. En tiempos marcados por el exceso de estímulos visuales, Gauguin nos recuerda el valor del recogimiento: es en ese silencio y oscuridad autoimpuesta donde a menudo surgen las comprensiones más profundas acerca de nosotros mismos y del mundo que habitamos.