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El Ser Humano: Esencia Espiritual y Existencia Corpórea

Creado el: 7 de junio de 2025

No tienes un alma. Eres un alma. Tienes un cuerpo. — C.S. Lewis
No tienes un alma. Eres un alma. Tienes un cuerpo. — C.S. Lewis

No tienes un alma. Eres un alma. Tienes un cuerpo. — C.S. Lewis

La afirmación central de C.S. Lewis

C.S. Lewis, conocido por su profundidad filosófica y espiritual, nos invita en esta frase a transformar nuestra perspectiva sobre la identidad humana. Al declarar que no ‘tenemos’ un alma, sino que ‘somos’ un alma, y que lo que realmente poseemos es un cuerpo, Lewis refleja una distinción ontológica fundamental entre ser y tener. Esta idea fomenta una comprensión del ser humano en la que la esencia trasciende lo material.

Alma frente a cuerpo: una antigua dicotomía

Esta visión enlaza con la tradición platónica y cristiana, donde desde Platón hasta san Agustín, se sostiene que el alma constituye el núcleo del ser. En *La República*, Platón describe el cuerpo como ‘la prisión del alma’, una idea recuperada por los padres de la Iglesia. Así, Lewis se suma a una larga línea de pensadores que ven el cuerpo como un instrumento temporal y el alma como la identidad perdurable.

El propósito del cuerpo en la experiencia terrenal

Partiendo de esta distinción, el cuerpo cumple un papel vital como mediador entre el alma y el mundo físico. Nos permite experimentar, relacionarnos y aprender en el plano material; sin embargo, según Lewis, nuestro cuerpo es un ‘vehículo’ más que la totalidad de lo que somos. Esta idea inspira a ver la vida como un tránsito y al cuerpo como un recurso valioso pero transitorio.

Consecuencias éticas y existenciales

La perspectiva de Lewis lleva naturalmente a reconsiderar nuestras prioridades y valores. Si lo esencial es el alma, cuestiones como el desarrollo espiritual, el sentido de la vida y la virtud adquieren centralidad. En obras como *Mere Christianity* (1952), Lewis argumenta que enfocarse solo en el bienestar corporal, descuidando la salud del alma, conduce a una visión superficial de la existencia.

Hacia una visión integral del ser

Finalmente, comprendernos como almas encarnadas propone una integración entre lo espiritual y lo físico. No se trata de despreciar el cuerpo, sino de reconocer que la verdadera plenitud surge al armonizar ambos aspectos. Así, se nos invita a cuidar nuestro cuerpo y alma en conjunto, entendiendo que el crecimiento interior dará sentido a nuestras vivencias exteriores, en consonancia con el horizonte trascendente al que Lewis apuntaba en toda su obra.