El futuro se forja con quienes llegan hoy
Creado el: 10 de agosto de 2025

El futuro lo construyen quienes acuden hoy. — Nawal El Saadawi
La urgencia del presente
Para empezar, la frase de Nawal El Saadawi condensa una ética de presencia: solo el futuro de quienes aparecen ahora llega a existir. No es retórica; tras su encarcelamiento en 1981, escribió Memorias de la prisión de mujeres (1983) sobre trozos de papel higiénico con un lápiz de ojos, demostrando que la acción mínima, sostenida hoy, resiste y crea mañana. Su vida refrenda que acudir—aunque sea en condiciones adversas—es ya construir. De este modo, el presente deja de ser espera y se vuelve taller donde se moldean posibilidades. Con esta clave en mente, el ámbito cívico ofrece la primera comprobación práctica de esa urgencia.
Acudir como acto político
A continuación, la política muestra cómo la presencia física y constante altera trayectorias colectivas. El Saadawi acudió a la plaza Tahrir en 2011 durante la revolución egipcia, encarnando su principio. De forma análoga, las Madres de Plaza de Mayo (desde 1977) transformaron el espacio público en un reloj moral: cada jueves de ronda desmentía el olvido y encauzaba verdad y justicia. Como en la “urgencia del ahora” de Martin Luther King Jr. (1963), la asistencia reiterada crea ventanas de oportunidad que no se abren por sí solas. Así, acudir no es solo presencia: es persistencia que genera instituciones y memoria. Este mismo principio encuentra, seguidamente, un eco medible en la economía del desarrollo y del clima.
Economía del ahora: costo de esperar
En el terreno económico, retrasar implica pérdidas acumulativas. El IPCC (AR6, 2023) advierte que posponer la mitigación climática aumenta costos y bloquea tecnologías, mientras que actuar temprano crea sendas de bajo carbono más baratas. Del lado social, James Heckman (2006) mostró que las inversiones en primera infancia rinden más que las tardías: los intereses compuestos del aprendizaje prematuro superan cualquier remedio posterior. En suma, cada día de inacción encarece el futuro; cada día de presencia lo abarata. La misma lógica temporal organiza la innovación tecnológica, donde la preparación silenciosa de hoy habilita las respuestas fulminantes de mañana.
Tecnología y la constancia previa
Asimismo, la ciencia revela que el “acudir hoy” alimenta avances decisivos. Las décadas de trabajo de Katalin Karikó y Drew Weissman en ARNm (años noventa–2000s) permitieron vacunas rápidas en 2020 y fueron reconocidas con el Nobel 2023: la disponibilidad fue resultado de llegar, insistir y documentar durante años. De forma parecida, Wikipedia (2001–) existe porque miles editan cada día, no porque alguien prometa hacerlo mañana. La lección es clara: la constancia previa convierte emergencias en solvibles. Pero saberlo no garantiza hacerlo; de ahí que necesitemos herramientas psicológicas para vencer la postergación y transformar intención en presencia efectiva.
Psicología de la acción inmediata
Además, la investigación sobre procrastinación explica por qué no acudimos. Piers Steel (2007) mostró que la demora crece cuando la recompensa es incierta o lejana, mientras que “intenciones de implementación” del tipo si-entonces (Gollwitzer, 1999) reducen la brecha intención–acción: “Si son las 18:00, entonces envío el informe ciudadano.” Los precompromisos y recordatorios sociales, popularizados por Nudge (Thaler y Sunstein, 2008), convierten la asistencia en hábito verificable. Así, pequeños anclajes temporales multiplican la probabilidad de estar presentes. Con todo, la constancia rara vez es individual; por eso, el cuidado y la comunidad sostienen el acudir cotidiano.
Cuidado, comunidad y continuidad
Por último, el cuidado compartido evita el agotamiento de quienes llegan hoy. La ética del cuidado (Gilligan, 1982) y la praxis feminista de El Saadawi—incluida la Arab Women’s Solidarity Association (1982)—enseñan que la presencia se vuelve sostenible cuando se reparte: guarderías comunitarias, rotación de tareas, descansos pactados. Como recuerda bell hooks en All About Love (2000), el amor como práctica implica compromiso diario, no solo sentimiento. Cuando las comunidades diseñan soportes para la asistencia—desde bancos de tiempo hasta redes de ayuda mutua—la presencia deja de ser heroica y se vuelve estructural. Así, cerramos el círculo: el futuro no lo promete el calendario; lo levantan, ladrillo a ladrillo, quienes acuden hoy.