Por último, insistir requiere sostén. Lorde lo formula con claridad en A Burst of Light (1988): cuidarme no es indulgencia, sino preservación y, por tanto, un acto político. El cuidado —descanso, comunidad, límites— mantiene el filo del cincel. Sin esa base, la repetición se agrieta en agotamiento; con ella, se vuelve práctica duradera. Así, el ciclo se cierra: del silencio a la palabra, de la palabra al hábito, del hábito a la estructura, y de la estructura al cuidado que permite empezar de nuevo. [...]