Por último, llevar el lema a la jornada puede seguir un ritmo simple: definir el ‘mejor caso’ verificable del día; ejecutar un premortem de cinco minutos; establecer umbrales de retirada y un plan B; y reservar un bloque para explorar señales nuevas. Julie Norem, The Positive Power of Negative Thinking (2001), llama a esto ‘pesimismo defensivo’ al servicio de metas. Con transiciones conscientes entre esperanza, prevención y aprendizaje, la sorpresa deja de ser excepción y se vuelve motor sostenible de progreso. [...]