Finalmente, esta máxima puede practicarse. Pruebe tres ejercicios de énfasis: 1) Diario de hallazgos: anote cada día tres detalles sensoriales con verbos precisos. 2) Paseo sin auriculares: dedique 20 minutos a “escuchar la ciudad” y nombre cinco sonidos. 3) Restricción creativa: describa una escena solo con sustantivos y verbos; las limitaciones estimulan la inventiva (Patricia Stokes, Creativity from Constraints, 2005). Con el tiempo, ese músculo de selección se afina.
Al cerrar, volvemos al inicio: poner “en negrita” no es gritar, es enfocar. En la medida en que elegimos qué mirar y cómo nombrarlo, lo cotidiano gana profundidad y sorpresa. Así, lo extraordinario no se busca lejos: se revela aquí, cuando la atención lo subraya. [...]