Por último, lo pequeño escala hacia lo colectivo. Elinor Ostrom mostró en Governing the Commons (1990) que los bienes comunes prosperan cuando muchas personas sostienen reglas y cuidados cotidianos: verificar, regar, reparar. Del mismo modo, regar un huerto comunitario o reciclar con constancia modela instituciones vivas. La grandeza, aquí, no es de una persona, sino de una trama. Y esa trama se teje con la misma hebra: poner todo nuestro ser, con paciencia, en las tareas sencillas que nos sostienen. [...]