Por último, practicar la visión que propone hooks supone un hilo conductor claro. Primero, escucha radical: mapear experiencias, dolores y recursos existentes. Luego, imaginación situada: co-crear relatos de futuro que nazcan de esos mapas. Después, microexperimentos con métricas compartidas y ciclos de aprendizaje público. Finalmente, distribución del poder: gobernanza y presupuesto alineados con lo que la comunidad decidió.
Como insiste hooks en Teaching Community (2003), el vínculo afectivo no es adorno, sino infraestructura del cambio. Sostener el proceso con cuidado, alegría y responsabilidad convierte la imaginación en compromiso, y el compromiso, en transformación concreta. [...]