Por último, aplicar la lección de Koestler a nuestra vida cotidiana implica cultivar una disposición a cuestionar lo habitual y experimentar nuevas formas de pensar. Esto puede significar desde cambiar rutas diarias hasta adoptar enfoques inéditos en proyectos laborales. Solo así, derrotando continuamente el hábito en favor de la originalidad, podremos acceder a ese potencial creativo que reside en todos nosotros. [...]