En definitiva, fracasar a menudo, según Tom Kelley, no es solo un destino previo al éxito, sino la vía más eficiente para alcanzarlo pronto. Al aceptar el error como un paso natural, maximizamos nuestro aprendizaje y reducimos el costo de los fallos inevitables. Así, cada fracaso temprano se convierte en un peldaño hacia la excelencia futura. [...]