Finalmente, reconocer la traducción como una reescritura nos permite valorar más su papel en la difusión y el enriquecimiento de la literatura mundial. Sin traductores que 'reescriban' las grandes obras para nuevos públicos, el diálogo cultural quedaría limitado. Así, cada traducción, como subraya Eco, constituye un renacimiento del texto, multiplicando sus significados y alcance en cada nueva lengua. [...]