En última instancia, el pensamiento de Cicerón nos recuerda que una sociedad justa y armónica se funda en ciudadanos que cultivan el deseo genuino del bien común. Cuando la bondad se elige desde la intención, florecen acciones que transforman la vida social y política. Así, el legado ciceroniano perdura, inspirándonos a aspirar primero al bien en pensamiento, como preludio indispensable de toda buena obra. [...]