Finalmente, la idea se vuelve hábito con acciones concretas: ofrecer tutoría breve, practicar la escucha generativa, dar retroalimentación apreciativa y abrir oportunidades con bajo riesgo. Cada gesto construye capital social y cognitivo que regresa en forma de colaboraciones, aprendizajes y confianza. Así, elevar a alguien hoy se convierte en el puente que mañana nos permite mirar más lejos. [...]