Por último, la práctica exige método. Equipos y personas que aprenden rápido combinan experimentos pequeños, ciclos OODA —observar, orientar, decidir, actuar— (Boyd, ca. 1976) y tolerancia a fallos a través de redundancias y opciones reales. La ‘antifragilidad’ prospera con variabilidad al distribuir apuestas y limitar pérdidas (Taleb, 2012). En suma, medir, iterar y cuidar márgenes de seguridad convierte el mandato de Wells en una disciplina cotidiana. [...]